Muchas veces dejamos que esas discusiones sigan un camino de descontrol y desenfreno que termina en peores problemas que el inicial, todo por no tener dominio propio y seguir alimentando la pelea con más pelea. Es ilógico querer apagar un incendio echándole gasolina, de la misma manera no es posible pretender que una discusión termine si tú sigues empecinad@ en tener la razón, en gritar, en criticar, y más aún en tener la razón. Cuanto de verdad hay en la palabra de DIOS que nos enseña que “la suave respuesta aplaca la ira”, si tan solo tomarías la decisión de responder con amor y paciencia a tu pareja, a pesar de las circunstancias, te ahorrarías tantos, pero tantos problemas y peleas infructuosas, y lo mejor de todo, siempre estarías en posición de poder buscar una solución con un corazón alegre y paciente. Las soluciones serían tan distintas, y más aún los resultados.
Si nos ponemos a analizar los problemas conyugales, estos tienen dos partes: 1. La raíz del problema, y 2. Los frutos del problema.
La mayoría de las veces la pareja se concentra en querer resolver los malos frutos que han llegado a su vida, o peor aún, eligen la clásica salida que dice: “mejor vamos a hacer de cuenta que esto nunca sucedió y vamos a olvidarnos de esta pelea”, tratando de esta manera de meter la basurita que hay en el living debajo de la alfombra para que no te moleste su presencia.
Puedes pasar mucho tiempo enfocado en querer ganar la pelea con tu pareja o tratar de olvidarlo todo, pero lo más probable es que cada vez vuelva el mismo problema a tu matrimonio e incluso cada vez peor.
Mientras no eliminen la raíz de sus problemas, no dejarán de cosechar regularmente todos esos problemas que tanto han dañado tu matrimonio y tu vida.
Es en este punto que vamos a renovar nuestra mente y corazón con enseñanza viva y eficaz de parte de DIOS para ti:
- “Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.” (Romanos 12:18)
Decide hoy mismo vivir en paz con tu cónyuge siendo humilde y perdonador, esto traerá mucha paz en tu interior, a tu pareja y a tu hogar. Esto te permitirá estar en una posición privilegiada frente a los problemas y circunstancias, pues con un corazón lleno del amor de DIOS encontrarás las mejores soluciones a los peores problemas.
- “No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición. En efecto, «el que quiera amar la vida y gozar de días felices, que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños; que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga.” (1ra Pedro 3:9-11)
- Sólo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza. (Salmo 62:5)
Confíale tus problemas a DIOS, permite que El se ocupe de resolverlos. Busca cada día de su amor, protección, consejo, consuelo, encontrarás paz y descanso en tu alma. Aun en los peores momentos de tu vida, EL te sostendrá y te protegerá
- "Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz." (Santiago 5:16)
Cuando hayas cometido un error, confiésalo a tu cónyuge para que te perdone y te apoye en oración, esto les traerá mucha sanidad porque será DIOS restaurando esa área de tu vida.
- Cuida mucho de tener la actitud correcta para ser parte de la solución y no del problema. Puedes leer de este tema desarrollado en "Elige como vivir cada día"
Definitivamente tenemos muchos temas por compartir referentes al matrimonio, lo que puedo adelantarte es que DIOS tiene un verdadero plan y propósito para tu vida y tu familia que está escrita en su Palabra que es la Biblia. El es el único que tiene capacidad de restaurar matrimonios a partir de la sanidad del corazón, si tú has estado pasando por un tiempo de peleas y problemas conyugales, te invito a que oremos juntos, y de aquí en adelante vayas llevando a la práctica lo que DIOS ha compartido contigo hoy.
“Padre amado, este día vengo ante ti con un corazón humilde y hhumillado, pongo en tus manos mi vida, mi matrimonio y mis hijos, he comprendido que nada puedo hacer lejos de ti. En el nombre de Jesús te pido que restaures mi matrimonio, que llenes nuestras vidas con tu presencia y renueves nuestro vínculo de amor y pacto matrimonial, te pido que nos ayudes a tener un corazón perdonador, paciente y amoroso frente a nuestros defectos y errores” Amen.